En julio de 2023, el presidente de la Comisión de Finanzas del Senado del Congreso de Estados Unidos, Ron Wyden, envió un cuestionario al gigante de los asientos de coche Lear sobre la adquisición de cuero en Brasil.

La ONG ecologista EIA y otras están investigando la industria brasileña del cuero, alegando que la ganadería ilegal está destruyendo los bosques amazónicos y que las malas condiciones de trabajo constituyen una violación de los derechos humanos. En este contexto, Lear, que posee aproximadamente el 20% de la cuota de mercado mundial de asientos de cuero para automóviles y adquiere el 70% de sus materiales de cuero en Brasil, ha sido señalada como objetivo. En función de los resultados de la investigación, podría extenderse a otras empresas del sector.

Sin embargo, las exportaciones brasileñas de cuero de vaca alcanzaron su punto máximo en 2014 y han ido en constante descenso, y la correlación entre los asientos de automóviles y la tala ilegal en los bosques aún no está clara. Y Lear afirma que “si hay un problema con un proveedor, cambiaremos a otro que no lo tenga”, lo que parece indicar que se trata solo de un problema de proveedores.

Sin embargo, hay que señalar que el objetivo de la pregunta en este caso es “preguntar a los niveles superiores de la cadena de suministro sobre el cumplimiento de la cadena de suministro en su conjunto”. Esto es similar a la cuestión de quién asume los costes de licencia de las patentes esenciales para la normalización (SEP). En la industria del automóvil, los proveedores han corrido habitualmente con los costes de las SEP, pero recientemente se ha sentado el precedente de que el fabricante de automóviles debe asumirlos.

La necesidad de un mayor cumplimiento en los niveles superiores de la cadena de suministro puede brindar la oportunidad de estimular la demanda de materiales reciclados, cuyo elevado coste ha sido un cuello de botella para su uso generalizado.