La normativa europea exige que las emisiones medias de CO2 del parque de turismos sean de 93,6 g/km en 2025 y 49,5 g/km en 2030.

Según datos de la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA), que recopilan los resultados de emisiones de CO2 en 2023 y la combinación de sistemas de propulsión de los principales fabricantes de turismos y calculan cuánto se ha desviado cada OEM de los objetivos, VW y Ford tienen especialmente difícil alcanzar sus objetivos para 2025. Ambas empresas podrían ser multadas con miles de millones de euros.

El objetivo de 2030 será difícil para todos los fabricantes de equipos originales: necesitan tener una proporción de BEV de al menos el 30-40% en 2030, pero la expansión del mercado de BEV está disminuyendo.

Para reducir la proporción de BEV necesaria para cumplir la normativa, hay que reducir las emisiones de los vehículos de motor, ya sea aumentando los PHEV o los MHEV y otros vehículos. Aunque los fabricantes de automóviles se han estado convirtiendo a los BEV partiendo del supuesto de que los motores se eliminarán progresivamente para 2035, se han visto obligados a la irónica situación de tener que gastar dinero también en vehículos con motor para cumplir la normativa de la UE en 2025 y 2030.