Los fabricantes de automóviles se han esforzado por racionalizar y mejorar la eficiencia de sus procesos de fabricación, incluida una reducción del 50% del tiempo necesario para producir cada vehículo en el periodo 1980-2009, y de hecho han logrado resultados significativos.

Al mismo tiempo, el automóvil, que solía ser un sistema mecánico, se ha transformado en un sistema centrado en la electrónica y el software, y la velocidad de su evolución y el entorno cambiante que rodea a la industria del automóvil se están acelerando. Como consecuencia, los procesos de fabricación y las líneas de producción de los fabricantes de automóviles se están volviendo incapaces de ponerse al día con la velocidad del cambio. Sin embargo, muchos fabricantes siguen utilizando procesos y equipos obsoletos, lo que ha provocado factores de riesgo como líneas de producción fragmentadas, silos y fallos en la puesta en marcha de la fabricación, así como ciberataques y retrasos a la hora de abordar la sostenibilidad.

En la actualidad, los fabricantes de vehículos deben adoptar la tecnología digital para eliminar los silos en las líneas de fabricación y, al mismo tiempo, conseguir que todos los procesos sean autónomos y automatizados. La serie de iniciativas para conseguirlo se denomina “fabricación inteligente”, pero ¿cómo puede lograrse?

El informe señala que la industria automovilística está actualmente rezagada en fabricación inteligente. A continuación, afirma que la adopción activa de tecnologías digitales y un mayor uso de los datos son esenciales para que los fabricantes sigan siendo competitivos.