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En la COP29 se acordó un apoyo financiero de 300.000 millones de dólares, pero las ONG y los países en desarrollo no quedaron satisfechos con la propuesta del Presidente.
Abreviatura de Conferencia de las Partes, que se posiciona como el órgano decisorio supremo de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, adoptada en 1992. Alrededor de 200 partes nacionales y regionales debaten las normas internacionales para combatir el calentamiento global. La reunión se celebra una vez al año. Este año se ha celebrado en Bakú (Azerbaiyán).
La 29ª Conferencia de las Partes (COP29) de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) tardó mucho en llegar a un acuerdo, ya que se intercambiaron diversas cifras sobre la cuantía de la financiación focal para el clima. Finalmente adoptó una propuesta para proporcionar al menos 300.000 millones de dólares al año (aproximadamente 46 billones de yenes) en ayuda a los países en desarrollo para 2035, principalmente con fondos públicos de los países desarrollados, y movilizar otras fuentes de financiación pública y privada, con el objetivo de alcanzar al menos 1,3 billones de dólares al año (aproximadamente 200 billones de yenes).
Tras la apertura de la sesión el 11 de noviembre, no había indicios de compromiso entre los países desarrollados, que se mostraban cautelosos a la hora de aumentar la cantidad de 100.000 millones USD, y los países en desarrollo, que exigían una escala de 1 billón USD. Incluso cuando se acercaba el último día de la sesión, la cantidad no pudo ser propuesta por la Presidencia, que se mostró de acuerdo con 300.000 millones de dólares porque consideraba que podía esperarse más dinero este año que el próximo, cuando se espera que el presidente electo Trump tome posesión de su cargo y Estados Unidos quede fuera de juego.
El objetivo actual de 100.000 millones de dólares anuales se incrementará hasta al menos 300.000 millones de dólares anuales (aproximadamente 46,4 billones de yenes) en 2035.El trasfondo del acuerdo entre países desarrollados y en desarrollo sobre 300.000 millones de dólares de ayuda financiera es un sentimiento compartido de crisis por los daños causados por el calentamiento global. El reto consiste en buscar aportaciones financieras de China y los países productores de petróleo de Oriente Medio para aumentar la sostenibilidad de la ayuda.
Tienen mucho que ganar aportando fondos. En concreto, pueden evitarse las pérdidas asociadas al deterioro de la salud, la reducción de la productividad y la pérdida de biodiversidad por olas de calor e inundaciones. Además, cabe esperar efectos positivos, como la mejora de los servicios ecosistémicos, incluidos los recursos hídricos y los entornos adecuados para la supervivencia, y la garantía de la estabilidad social. En términos monetarios, estos efectos alcanzarán el 15-18% del PIB mundial en 30 años. Esto equivale a unos 16-20 billones de dólares, un orden de magnitud mayor que la financiación climática.