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Las políticas de Trump hacen temer por el crecimiento en Estados Unidos, Europa empieza a avanzar hacia el rearme y la demanda de Japón de subidas salariales en la Lucha de Primavera supera el 6%.

La administración Trump ha decidido aplazar los aranceles a los automóviles durante un mes. El problema, sin embargo, es que la política no es en absoluto predecible, y si los aranceles aumentan, sería ventajoso cambiar los centros de producción, pero si el aplazamiento continúa y finalmente se evitan los aranceles, costará dinero extra. Esta incertidumbre parece haber empezado a mover el dinero en la dirección de evitar la economía estadounidense.

Tras el cambio en la política estadounidense hacia Ucrania, los países europeos, especialmente Alemania, han virado significativamente hacia la expansión fiscal, y los tipos de interés europeos han comenzado a subir y el euro ha comenzado a subir en un cambio de paradigma. Se pensaba que las políticas de Trump estimularían la economía, provocando la subida de los tipos de interés y el fortalecimiento del dólar, pero lo que está ocurriendo en realidad es muy distinto: los tipos de interés estadounidenses a largo plazo han caído hasta el nivel del 4,2%, mientras que el PIBNow de la Fed de Atlanta ha caído hasta el -2,8%.

La decisión europea de permitir que el gasto supere el límite máximo del Tratado de Maastricht “sólo para gastos militares” ha orientado a Europa de forma significativa hacia el rearme. Alemania, en particular, que tiene el mayor poder adquisitivo, modificará su constitución para permitir un gasto militar masivo e inversiones en infraestructuras bajo el mandato del nuevo Canciller Merz. Flexibilizará el umbral de gasto en defensa y creará un fondo especial separado para inversiones en infraestructuras de 500.000 millones de euros. Tras dos años de bajo crecimiento, Alemania crecerá por encima del 2%. Al mismo tiempo, también enriquecerá al resto de Europa. El dinero que quiera evitar EE.UU. elegirá Europa en el futuro. La renta variable europea se ha disparado, especialmente en el sector de defensa, y el euro se ha convertido en receptor de fondos a los que no les gusta la inestable administración Trump. El excepcionalismo estadounidense parece estar llegando a su fin. Desde principios de año, el mercado ha estado dominado por una visión bajista sobre el euro, con el euro-dólar dirigiéndose hacia la paridad, por lo que es poco probable que las posiciones cambien a toda prisa. Es probable que esta tendencia hacia un euro más fuerte continúe, independientemente del resultado del informe sobre el empleo en Estados Unidos.

En Japón, el yen se fortalece tras conocerse que las demandas salariales en la Lucha de Primavera superarán el 6%. Es probable que esto respalde al Banco de Japón en su normalización de la política monetaria. El tipo de interés japonés a 10 años ha superado el nivel del 1,5%, en parte debido a la subida de los tipos de interés europeos.
Desconfíe de un dólar estadounidense más débil.